lunes, 12 de marzo de 2012

El entrenamiento en ayunas

¡NO!, no tiene nada que ver con una preparación para la cuaresma. Para aquellos que piensen que es un mito lo de mis entrenamiento en ayunas, voy a aportar una prueba gráfica de que es real. ¡Estoy lo suficientemente chalado como para eso y más!. Así que como si fuera normal, me levanto a las 6:00 a.m., relleno dos bidones de agua, enciendo el ventilador, la tele, en la que sí puedo, he grabado la última retransmisión deportiva, ciclista, si es posible y me endiño una horita dándole a la pata.
Las vías metabólicas
Como tenemos todos claro los principales combustibles de los que obtenemos energía para nuestras funciones vitales, son las grasas, los hidratos de carbono y las proteínas. El aporte energético de cada una de ellas es respectivamente de 9kcal/gr, 4kcal/gr y 4,1kcl/gr.
Cada uno de estos nutrientes supone el empleo de una vía metabólica, la cual se activará según el contenido de oxigeno que dispongamos. Si vamos a un ritmo lento, con suficiente cantidad de oxigeno, tiraremos del combustible más eficiente y “barato” las grasas, pero si sobrepasamos un cierto umbral, iremos tirando más de hidratos y menos de grasas hasta terminar empleando exclusivamente estos. Si llegamos a agotar nuestras reservas de hidratos y queremos seguir manteniendo el ritmo el cuerpo tira de donde puede, se pasa a las proteínas y ¿dónde están las proteínas?, pues están formando parte de nuestros músculos. Pasamos al modo autodestrucción.
Como vemos el combustible más eficiente, siempre que se disponga de oxigeno, son las grasas y además es el más abundante. Un ciclista como yo (con perdón) con un 17 % de grasa corporal, para mis 70 kg supone que tengo unos 12 kg de grasa, que a razón de 9 kcal/gr da un potencial energético de 110.000 kcal. Si estimo que en los seis días de la Titán voy a gastar unas treinta y tantas mil, me da que tengo energía para hacer casi tres Titanes sin meter nada en el cuerpo. ¡Si fuera así!
Fundamentos del entreno en ayunas
En el entreno en ayunas lo que buscamos es un trabajo de baja intensidad, por debajo del umbral aeróbico, de manera que el cuerpo se acostumbre a consumir grasas, a potenciar esta vía metabólica, incrementar la efectividad de nuestras calderas celulares, las mitocondrias y permitir al organismo tirar de grasas con menor cantidad de oxigeno.
Todo lo que expuesto de una manera simple tiene un error, nuestro cuerpo es un poco capullo y cuando empezamos el ejercicio, aunque sea tranquilitos, hasta que se activa el cuerpo, este tira de lo más fácil, de los hidratos.
Así que los primeros veinte o treinta minutos después de empezar a pedalear, empiezo a gastar preferentemente hidratos, por lo que si el entreno es corto no es efectivo. Hay que sobrepasar ese tiempo para que nuestro organismo se acostumbre a tirar de lo disponible.
¿Qué buscamos con esta chaladura?
Total, nos pegamos un madrugón, estamos del orden de una hora pedaleando y además con cuidado de que no nos suba el pulso, con los objetivos de hacer más eficientes nuestras células y poder tirar de grasas durante más tiempo.
Ya verás que bien nos viene en esas jornadas de más de seis horas que nos vamos a pegar por esas tierras de Alá.
Advertencia. No es un entrenamiento recomendable ni para los más pequeños, ni para gente sin un mínimo nivel de entrenamiento. En estos casos la falta de adaptación, suele originar que se dispare el pulso, con el consabido resultado final.
Como punto final os diré, que estoy convencido de la efectividad de este tipo de ejercicios, como entreno del metabolismo y no digamos como entreno de la voluntad.

lunes, 12 de septiembre de 2011

El platano vs barritas energéticas

"Si será bueno el plátano, que es el alimento principal de los monos y mira donde han llegado"
        34x29 hace un rato

Creo que todos tenemos en mente la imagen de Rafa Nadal en los descansos de los partidos comiéndose un plátano. Que Rafa se coma precisamente un plátano, un deportista de elite, en el que en muchos partidos agotadores, el fondo físico juega un papel muy relevante, nos puede dar pistas de que es una fuente de energía valiosísima. Además tengo la sospecha de que la cuestión económica no debe ser lo que mas le pese a él para elegir el fruto.
Pero bueno, hablando con alguno de nuestros proyectos de ciclistas nos sueltan;
“yo no, a mi me van las barritas y si me voy a dar caña me meto un gel, de los que toman los profesionales”.
Ahí se despierta mi curiosidad
¿Cuáles son las que tomas?
Unas de la marca XXXXX, con una envuelta amarilla y otras con una marrón, que tienen chocolate y están buenísimas. El gel es de la marca YYYYYY con “tripilorina”, que se lo vi a XXXX en el Tour.
¿Y por que compras esas?
Hombre, me las recomendaron en una tienda especializada.
¿Y conoces su composición?
¿Comoooor?
Si, hombre, si, en el lateral suelen llevar el porcentaje de cada nutriente que tiene.
Supongo que cereales, azúcar y alguna cosa así.
Cuando empiezas a hablar de Proteínas, lípidos, hidratos…
Eso si, eso es lo que llevan los espaguetis
….. pues bueno, como que parece que uno pretende arruinar el final del entrenamiento.
Paciencia y vamos al lío.
Lo primero que debemos mirar al escoger uno de estos productos es su composición y después pensar en que momento los vamos a utilizar. Fijemos una idea principal. Nuestro cuerpo, incluso del más delgado del pelotón, dispone de una reserva de energía en forma de grasas, esta reserva es inmensa. Doy datos de un ciclista (globero), que conozco bien, con un peso de 70 kg y un porcentaje de grasa del 20%, con lo que dispone de 14 kg de grasa, como cada gramo de grasa aporta 9 kcal, resulta que supone una reserva energética de 126.000 kcal.
El consumo medio de un ciclista durante una vuelta por etapas puede estar entorno a las 6.000 kcal por etapa, con lo que el resultado es que este ciclista tiene reservas energéticas para correr una Vuelta entera. El problema es que para utilizar esta fuente de energía el ritmo del ejercicio no puede ser alto.
Si pensamos en las proteínas, son una fuente de energía muy valida cuando el esfuerzo es intenso, aportan 4,1 kcal/gr., nuestros músculos están formados por ellas, por lo que la reserva también es importante. Lo que pasa es que comerse el músculo (que es lo que pasa cuando no disponemos de hidratos de carbono) no es muy recomendable. Tienen el inconveniente de que en su combustión generan unos residuos perjudiciales para el cuerpo, que hay que eliminar rápidamente.
Tanto grasas (lípidos), como proteínas tienen además el inconveniente de que su digestión y posterior paso al torrente sanguíneo para ser utilizados a nivel muscular es muy lento y además ralentizan la digestión de lo hidratos.
No me extiendo más, sobre estos temas de nutrientes, que tiempo tendremos de volver sobre ellos.
Así que nos quedan los amigos hidratos de carbono. Aportan 4 kcal/gr., pero sus reservas son muy limitadas. Se digieren rápidamente y se pueden utilizar en condiciones de ejercicio intenso.
Parece claro, el alimento que hemos de escoger, si lo que estamos pensando es en andar en bici, debe ser rico en hidratos y a ser posible contener la menor cantidad de proteínas y lípidos. Si nos fijamos en la composición, la principal diferencia entre barritas y geles, es que estos últimos están compuestos casi totalmente por hidratos, mientras que las primeras suelen tener cierta cantidad de lípidos (grasas) y de proteínas. Un gel puede llegar a asimilarse en una media hora, por lo que incluso en este caso hemos de planificar en que momento de la prueba lo hemos de tomar. Mayor tiempo necesitan las barritas, en función de su contenido. Por ello hay que tomarlas con antelación y no esperar a que no hayamos quedado vacíos.
Si las barritas las utilizamos para desayunar, me callo, que cada uno escoja las que quiera, que una dieta ha de ser equilibrada y tener de todo tipo de nutrientes.
No entro en más profundidades, en la composición mineralógica, en el contenido de fibra, el tipo de lípidos,  etc., que son igualmente un campo interesante, pero quizás complique demasiado, la fácil labor de escoger un producto de la estantería de un comercio.
Yo además, pensando en que la voy a transportar en el bolsillo del maillot, miro también que no tengan productos que se derritan tipo chocolates o similares, porque terminan poniéndoseme hecho un asco los dedos, la barba, el manillar….
Otra cuestión es el precio.
Para aportar un poco de luz os acompaño la siguiente tabla, con los precios y composiciones de las barritas de las que dispongo:


En la primera columna pongo el tipo de alimento, omitiendo marcas, para no generar susceptibilidades, el precio en euros, el número de unidades, su peso, el precio cada 100 gr., el precio en función de las calorías, valor energético de los hidratos y la composición por los distintos nutrientes.
Uno de los factores que debemos mirar es el valor energético del alimento, pero sin olvidar, que la energía que a nosotros nos interesa es la que podemos utilizar de forma más inmediata. En las dos últimas filas he incluido alimentos proteicos que sirven para musculación o para recuperarnos de un esfuerzo intenso, pero que pese a su alto valor calórico, a nosotros no nos sirven más que de lastre en una salida.
Las primeras cinco filas corresponden a diversos tipos de barritas, en las que podéis observar que su composición varia, teniendo más grasas precisamente las mas caras.
Las dos siguientes corresponden a geles, en los que vemos que casi toda su composición es de hidratos, teniendo el mas caro un mayor contenido en azucares.
Y a continuación, nuestro amigo el plátano. Para poder compararlo con el resto de alimentos, consideramos que el 15% de su peso es la piel y vemos que una equivalencia podría ser trescientos treinta gramos de plátano igual a cien gramos de gel más un vaso de agua. Eso si, tres veces mas barato. Y mineralogicamente no le tiene nada que envidiar, os lo aseguro. El envase, con un diseño cien, ecológico y fácilmente desprendible. Además otro dato, a mas maduro este mayor es su velocidad de asimilación.
Con toda esta monserga, desde luego que no pretendo arruinar a la industria de los productos energéticos, ¡Dios me libre! Y mas yo, que soy un “barritoinomano” convencido, las barritas tienen sus ventajas; espacio, durabilidad, transporte, almacenamiento. Mas bien el objetivo es que reflexionemos de los prejuicios, tabúes y modas que nos rodean. Nuestra decisión debe estar condicionada por nuestras necesidades, no por todas esas envolturas y publicidades. Si en la envuelta te prometen que vas a ganar el Tour, no te lo creas, inocente, que en la letra pequeña dice que has de entrenar veinticinco horas diarias.
Repasar la tabla y concluyo:
Yo en caso de duda PLATANO
Y si es de Canarias, ¡mejor!

martes, 30 de agosto de 2011

¡La física es un placer!

Mucha gente se pregunta como es posible sostenerse sobre el ridículo apoyo que constituyen la dos ruedas que forman la bicicleta. El caso es que casi todo el mundo sabe montar en bici, pero casi nadie sabe por que se sostiene.
¡Va a ser por el equilibrio!
Y por supuesto que es por el equilibrio, pero tambien existen unas fuerza asociadas al giro, que tienden a mantener al objeto en cuestión girando, que colaboran en que no nos caigamos.
Es un buen argumento para un no iniciado, que sepa que "la fuerza lo acompaña" y que solo tiene que sentirla si quiere ser un verdadero Jedi (ciclista).

..........¡Adelante video!.........



Este segundo, igualmente vemos el esfuerzo que en la dirección de la hipotética horquilla genera la rueda girando, lo que hace girar la silla en un sentido u otro según la posición de la rueda. Fijaos, que la silla gira exclusivamente por el cambio de posición de la rueda, no existe otra fuerza externa.







El aire y el viento (parte I)

El aire y el viento

  “En la bicicleta, menos el viento que siempre te da de cara, el resto te da siempre por el …….”
Pedro Delgado
Campeón, ciclista, comentando una etapa del Tour

Efectivamente, la máxima, de la que creo todos comprendéis el sentido de los puntos suspensivos de Perico comentando en televisión ciclismo tiene su fundamento científico y algunas veces nos olvidamos que, exceptuando los escasos milímetros cuadrados que nos unen al suelo, el resto, ese conjunto que formamos ciclista y bicicleta estamos rodeados de aire, que precisamente no suele estar quieto y que tiene una influencia brutal en nuestro movimiento.
¡Ojos que no ven, corazón que no siente!
¡Pero si que se siente, si que se siente y sobre todo el corazón!
Comenzamos, así que sabemos que el viento es el aire en movimiento y que el aire es un gas formado principalmente por nitrógeno, oxigeno y dióxido de carbono, este gas esta contenido en la atmósfera, que es la capa gaseosa que envuelve la tierra.
Al ser transparente e invisible solemos olvidarnos de su existencia, nos olvidamos de que ejerce su presión sobre todo nuestro cuerpo y soportamos todo su peso sobre nuestra cabeza. A una altura de media de 112 m sobre el nivel del mar esta presión es del orden de 100 kPa (kilopascales), que equivale a un 1 kg/cm2 ó 1 bar, que os debe de sonar por los numeritos que tiene vuestra bomba y las referencias que debéis tener cuando hincháis la rueda según las indicaciones que vienen en las cubiertas y las condiciones del piso sobre el que os vais a mover.
Ya advertí esto en la primera entrada, ¡se siente!, un poquito de física, de culturilla general no os va a matar, que se note que la inversión de vuestros padres y del Estado en educación es productiva. El que no se sienta con fuerzas, que cierre la página.

¿Alguno sigue ahí?

Vale, pues entonces continuamos.

Que este gas que nos envuelve, pesa, ya lo tenemos claro, pero además es que cuando nos intentamos mover, se opone a nuestro movimiento, ofreciéndonos una resistencia. Es mas fácil de entender pensando en otro fluido como el agua, si estamos de pie, con el agua sobre la cintura e intentamos caminar, notamos como hemos de penetrar e ella desplazándola hacia los laterales. Una vez que hemos ocupado “su” espacio, esta ocupa el que previamente nosotros ocupábamos.
Es exactamente lo que sucede con el aire, con la diferencia de que su densidad es muy inferior a la del agua, con lo que su resistencia también es menor. Densidad del aire igual a 0,0012 g/cm3 y la del agua de 1 g/cm3 valores medios.


Otro tema importante es la velocidad con la que se mueva este aire y la dirección que tenga. Efectivamente, lo que a nosotros nos importa es la magnitud relativa, si nos desplazamos a una velocidad de 30 km/h y llevamos un viento contrarío de 15 km/h, la resistencia que ofrece el aire es la misma que tendríamos si nos desplazamos a 45 km/h, o la misma que tendríamos en un túnel de viento con una corriente de 45 km/h, o la misma si fuésemos a 60 km/h con un viento a favor de 15 km/h.
¿Me seguís?

Y esa es la explicación de la máxima de Perico, dado que no es habitual salir con condiciones de vientos fuertes, de más de 20 km/h son bastante molestos y que nuestra velocidad en bici suele ser superior a esta cifra, aunque nos sople de cola la componente real siempre será contraría y la sensación es “que nos da de cara”

¿Hacía donde sopla el viento?

Que el viento sopla es fácil de percibir, pero su dirección, eso es otra cuestión. Es habitual ver a los golfistas, arrancando briznas de hierba y dejándolas caer viendo hacía donde se desplazan, otras opciones, desde luego para hacerlas más en privado, es la del socorrido escupitajo, que si le damos demasiado impulso podemos falsear el experimento. Pero nosotros, no, nosotros vamos en bici y lo de pararse a arrancar hojitas, como que no. No nos queda más remedio que abrir los ojos y las orejas.
¡”Vamos pa´ya”!
Todo es muy fácil si nos encontramos una bandera, que con toda certeza nos da idea de la dirección y según su ondear hasta de la fuerza del viento. Pero si no la hay, hemos de empezar a afinar nuestra observación. Lo primero que se mueve son las hoja y podemos apreciar brillos distintos del haz (parte superior) y el envés (parte inferior), después se mueven las ramas de los árboles, hemos de levantar la cabeza en muchos casos, para ver como este aire se manifiesta primero en la copa de los más altos, también en hojas secas, bolsas y elementos ligeros que están en el suelo. Unos trapos tendidos, un cartel son otras pistas para el movimiento. Para el movimiento, pero no para la dirección; las ramas tienen una mayor deformabilidad en ciertos sentidos, los trapos sujetos por dos puntos igualmente tienden a moverse en perpendicular a la línea que los sujeta y los objetos, que se arrastran por el suelo están sometidos a perturbaciones, remolinos,  que en algún caso nos pueden equivocar.
Si el aire nos da muy de cara, es muy clara la sensación de lo que nos dificulta el avance, pero si es de cola, tendemos a pensar; “hoy voy como un tiro”.
Así que solo nos queda el remedio de poner en juego, nuestra veleta, nuestro radar natural.
¡ tata ta chan !
Desplieguen sus orejas. Si, si, hay que escuchar a nuestras orejas. Ellas nos avisan, cuando nos desplazamos, el viento se nos mete dentro y llevamos un zumbidito que tenemos que saber interpretar.  Si vemos por las ramas, etc. que hay viento y desaparece el zumbido, no vas fino, llevas el aire de popa (atrás). Si giras la cabeza y te empieza el ruido, por ahí viene el viento. Si al girar dejas de oírlo en una oreja, es que tu cabeza te está haciendo parapeto. Un pequeño ejercicio de reflexión y ya tenéis el radar preparado.
Dejar claro que este criterio sirve para la dirección relativa, no la absoluta, pero que resulta que es la que a nosotros nos interesa.

El aire y el viento (parte II)

Planificar el viento

Alguno me dirá: “de todas formas, que más da, si salir voy a salir”
Bueno pues es una opción, pero seguro que no te viene mal (como en la mayor parte de las cuestiones de la bici y la vida) planificarte un poco. Un día de esos que uno se gusta, de camino a Covadonga desde Oviedo, que uno se siente el primo de Cancellara, ¡sin cadena, que bien ando, este año me salgo, a darlo todo!. Giras para volver y juro que vi a una nube hinchado la boca y soplando todo para mi. Te agarras abajo del todo, miras para el asfalto como para no ver nada, …. miseria, miseria, miseria. Llegar hasta Nava me parecía el Angliru.
Ahora suelo mirar la previsión del tiempo en una de las innumerables y buenísimas páginas que tenemos en la red. Yo uso  http://www.eltiempo.es/
, que en la opción mapas del tiempo tiene la http://www.eltiempo.es/viento/
, en la que te informa de la magnitud y la dirección del viento cada tres horas.
Os doy un pantallazo de la página:
 
Desplazando el cursor por la columna de la izquierda os indica la dirección del viento. Hacer una consideración, la dirección del viento puede estar marcada por fenómenos locales. Por ejemplo en un valle cerrado el viento tiende a ser paralelo al eje de este, es decir o a favor o en contra. Si llegamos a una zona más amplia se pueden organizar zonas de viento mas desordenas, como especie de remolinos. Igualmente si por la zona en la que vamos esta pasando el centro de una borrasca o un anticiclón (B ó A), es posible que cambie de dirección con frecuencia.
Efectivamente no suelo cambiar el recorrido que tenía pensado, pero si lo tengo en cuenta:
  • Que el viento sea muy fuerte, sobre todo si es racheado.
  • Si el viento es medio, no coloco las ruedas de perfil ancho.
  • En recorridos circulares suelo escoger el sentido que me permite ir más tiempo a barlovento, es decir por el extremo de la carretera donde entra el viento, evitando la succión que produce un vehículo al adelantarte.
  • Evito carreteras con tráfico de camiones (sobre todo en días laborables), donde estos pueden ir rápido, incrementando esa succión.
 
El viento lateral

 
Si el viento de cara es enemigo del ciclista, el peor enemigo es el viento de costado y no me refiero a los temibles abanicos, que ya hablaremos de ellos, me refiero a los problemas de seguridad que origina.
Cuando sopla el viento lateralmente, nos inclinamos para compensar el empuje de este. Expliquemos con una ilustración lo que nos sucede cuando nos adelanta un camión con viento lateral, el ciclista (trazo rojo) circula por el arcén.
En el nº 1 el camión se acerca por detrás, nosotros estamos sometidos a la fuerza del viento y nos escoramos para compensar esa fuerza.
En el nº 2 el camión se pone a nuestra altura y al llevar una velocidad considerable nos parapeta, cesando la fuerza del viento, lo que equivale a un empujón del mismo orden en sentido contrario, obligándonos a corregir la inclinación.
En el nº 3 el camión nos rebasa y de la misma manera, casi instantáneamente vuelve a empujarnos el aire.
En el nº 4 la estela del camión lleva asociada un remolino, que nos mueve para todas partes.
Por eso os digo que yo evito carreteras como la vieja de Mieres en días laborables y ventosos, la carretera es ancha, los camiones discurren a alta velocidad y la regla del metro y medio es insuficiente, sobre todo si te pillan desprevenido y sin tener fuertemente agarrado el manillar..
Otro de los recorridos que suelo hacer, Oviedo, La Cabruñana, Pravia, Candamo, Peñaflor, Oviedo; si el viento es del Oeste (Galicia) fuerte, lo hago en sentido contrario, evitando que en las rectas entre Cabruñana y Pravia sufrir este efecto.

 
Quedaría por hablar de cómo aminorar el efecto del aire sobre nosotros, pero las cuestiones de aerodinámica merecen un capítulo aparte, que trataremos otro día.

lunes, 15 de agosto de 2011

Introducción "the begin"

Estrenamos esta página que va dedicada a todos vosotros. ¿Qué quienes sois todos vosotros?.
Pues está claro, todos vosotros.
Me explico, no pretendemos tener una página supertécnica y aburrida, tampoco va a consistir en un montón de recetas para memorizar, la pretensión es, en la mayor parte de los casos,  la de reflexionar sobre cuestiones que en general tendréis muy metidas en vuestra alma ciclista y que es positivo racionalizar.
¿Por qué esta necesidad divulgativa?
Quizás mirándome hacia atrás me acuerdo cuando con 17 años mi abuelo me compro una bicicleta de “marchas”, una BH gris que me pareció la más hermosa de todas, cuando la vi, apoyada sobre una mobilette de 50 cc. Nos la vendió el dependiente de la tienda más “especializada” de la zona con un: “Hay otras de 6 marchas en Granada, pero esta es suficiente para el niño”, dijo con autoridad.
Un águila el tío. Si nos olvidamos de que el fierro pesaba más de 15 kg, era al menos tres tallas por encima de la mía y que llevaba montado de plato un 42-52 y de piñones un 14-22 y de la orografía de mi zona. Para aquellos que piensen que toda Andalucía es plana os diré que mi pueblo tienen un desnivel de 250 m, que hay calles que tienen barandilla y que en las procesiones de Semana Santa, cuando cogen estas cuestas hay un policía municipal que obliga a apagar las velas para evitar que al día siguiente se mate la gente. Porque es Jaén, no son las Ardenas y no hay clásicas, que me río yo del muro de Huy, el Kopenberg o cualquier otro comparado con la calle Collados o la Cuesta de la Amargura (los nombres son apropiados).  
Lo peor no era la bici, que todos hemos pasado por eso, lo peor era el plan de entrenamiento, que según la sapiencia popular consistía en cera sobre cera. Salía de mi casa en frío con una rampa del 14%, esa la subía despacio, cien metros de llano y comienza puerto (4km al cuatro y pico) a ver quien era el más mariquita y quitaba primero el plato. Coronabas y un respiro hasta la Fuente del Gato, porque mi bici no tenia porta poncheras, total si esos veranos en canícula no llegamos nunca a los 50º,  a despegar la boca e intentar fluidificar la pasta que llevaba dentro, abrevábamos más que beber, descenso y nueva subida a Alcalá, ya sin parar vuelta de nuevo retorciéndonos y  de nuevo, coronábamos el último puerto, abandonábamos el cerebro en la cima y a ver quien los tenía mas …….
Por supuesto nadie llevaba cámara de repuesto, ni bomba, ni parches, ni conocimiento.
Recorríamos unos veinte kilómetros, con cuatrocientos metros de desnivel, eso si con la boca cerrada para que no se nos saliese el corazón. Llegar a casa y como habíamos hecho ejercicio, un bocata de chorizo con unos rosquillos de manteca de muerte para reponer. Yo no podía entender como desde que hacía ciclismo engordaba tanto.
Así que el día que nos apuntamos en una carrera en un pueblo cercano, donde venían los de la capital, nos quedamos del pelotón a los cien metros de la salida, como salian los tíos, si me habían despeinado (no llevabamos casco, y tambien tenia pelo, claro). La decepción fuen que pensamos que el coche que llevabamos detrás nos venía animando, pués no, llevaba una escoba y decia noseque cosas de su embrague que se quemaba y de nuestros familiares cercanos. Menos mal que la culpa era de las bicicletas.
Parece una caricatura, pero es tan real como mi propia historia.
Me hubiera gustado que alguien me hubiese contado de qué iba el royo.
Hoy en día, gracias a Dios, disponemos de magníficos y muy preparados entrenadores que llevan perfectamente a nuestros chavales, que saben y además ejercen una labor de guía, que a los padres, precisamente por ser padres, nos cuesta que nuestros hijos asimilen. Así que dejémosles trabajar.
Volviendo a la cuestión inicial, sabéis ya quién sois vosotros?, pues ahora si que está claro; todos aquellos a los que os gusta la bici, que digo os gusta, que amáis la bici, padres, hijos o espíritus santos y os gusta ver cosas de bici, hablar de bici, leer cosas de bici, aunque la mayor parte de las cosas las conozcáis espero que os sirva de entretenimiento y quizás alguna curiosidad para incrementar vuestra sapiencia.
¡Advertencia importante!
El artista, en este caso yo, por su deformación personal profesional, pese a intentar no ser excesivamente científico, introducirá algún pildorazo técnico. No os desaniméis y pensad que para eso se estudia Conocimiento del Medio, que las cosas que se ven en la escuela sirven y que con un poco de control no tiene porque doler la cabeza.
El blog va estar abierto a comentarios, con el fin de que valoréis, pidáis aclaraciones o incluso advirtáis de errores o incoherencias, de las que pido disculpas por anticipado.
Espero que os guste.